lunes, mayo 30, 2011

Salud y alimentación

Comer conejo ayuda a mantener la línea


El conejo es un animal de carne blanca, por lo que, si se cocina con poca grasa, se convierte en un alimento de elección dentro de los menús bajos en calorías. Por su composición nutritiva, se recomienda a quienes siguen dietas bajas en colesterol, y contra trastornos cardiovasculares.

Su contenido en ácido úrico es menor en comparación con las carnes rojas, lo que le convierte en apta para personas con hiperuricemia o gota. Respecto a su contenido de minerales, destaca su elevado nivel en potasio, fósforo y calcio y en vitaminas, contiene las del grupo B, en especial B3 y B12.

La carne de conejo resulta blanda y fácil de masticar cuando se cocina guisada o estofada, acompañada de salsas y verduras, lo que proporciona una ventaja para quienes tienen dificultad para masticar.

No obstante, su abundancia de fibras musculares es una carne fácil de digerir, hecho que pueden notarlo quienes sufren de estómago delicado.

En el mercado, el conejo se puede encontrar entero, desprovisto de las vísceras, totalmente limpio e incluso despiezado si se va a consumir una parte en concreto. Se deben elegir piezas no demasiado jóvenes, porque tienen poco sabor, ni demasiado viejas, ya que su carne es dura y seca.

Para comprobar que se trata de una pieza joven, se palpa la articulación de las patas delanteras y debe notarse un pequeño hueso que se mueve. Si el ejemplar tiene las patas flexibles y su color es rosado, es síntoma de que la pieza es fresca y está en buenas condiciones. Una vez adquirida, conviene lavarla bien y mantenerla en refrigeración o en congelación, con sus vísceras por separado.

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