Es un trastorno infantil que se refiere a la micción inconsciente e involuntaria durante el sueño. Problema crónico que se resuelve sin tratamiento al llegar a la adolescencia, cuando el niño aprende a reconocer que la vejiga está llena e ir al baño. Esta capacidad y el control aumentan con el tiempo y la enuresis se va superando, aunque hay jóvenes que no lo logran.
Una de las tareas de los niños es aprender a controlar, de modo consciente y voluntario, el acto de orinar. Generalmente, este hábito se logra entre los 2 a 4 años de edad. Antes, su sistema nervioso no está lo suficiente maduro para coordinar la micción. Lo que sí es seguro es que los varones tardan más en adquirirla que las niñas y pueden tener más fallas por la noche que en el día. Puede se hereditario si uno de los padres lo padeció, el hijo tiene la probabilidad de sufrirlo también.
Además de la inmadurez fisiológica para controlar la vejiga y sus esfínteres, pueden haber otras causas, sobre todo, si a los 5 o 6 años existe baja capacidad de este órgano o los músculos que lo conforman y los orificios de la vejiga y uretra están poco desarrollados.
Otros factores son falta de sueño, dormir menos horas o tener un sueño profundo sin desperar y obedecer la necesidad de orinar, estrés emocional, exigencia de los padres hacia el control prematuro de la micción; divorcios; problemas intrafamiliares, cambios de escuela o de casa, niños que han sufrido maltrato o abuso físico o sexual. Hay que descartar patologías, como estreñimiento, diabetes, efectos en vías urinarias, tumoraciones, infecciones o cálculos renales. Hay que poner más atención si existe esfuerzo al orinar, ardor, goteo constante, orina turbia o sanguinolenta, olor fétido; dolor abdominal, de espalda o fiebre, y sed intensa o edad tardía con enuresis.
Si a pesar de llevar entrenamiento para su control, éste persiste, deberá consultarse al pediatra para realizar un examen general y llevar una historia clínica completa, cuando el niño tiene más de 6 años o presenta síntomas graves que requieran estudios más exhaustivos y canalizarlo con un sicoterapeuta.
Los baños de siento con agua fría 10 minutos, 3 veces al día, pueden tonificar los músculos de la vejiga y uretra. Acupuntura con moxibustión, homeopatía y herbolaria son alternativas efectivas si la enuresis es primaria y leve.
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