Las formas de aplicación son: compresas calientes o frías, baños de vapor o de agua fría o caliente, baño de asiento, baño genital, de pies, de brazos y fricciones con agua fría o caliente; además, dirigir chorros de agua a presión en diferentes áreas del cuerpo con regadera o manguera para efectos específicos como aliviar dolores musculares o tensiones, y activar la circulación sanguínea y linfática.
La aplicación de agua caliente en el cuerpo produce dilatación de los vasos sanguíneos superficiales lo que mejora la circulación de la sangre, relaja los músculos y la transpiración. El agua fría, aplicada sobre la piel, desinflama tejidos, refresca la temperatura, revitaliza órganos y tonifica los músculos contrayéndolos, hace que fluya la sangre a órganos internos y descongestiona tejidos, como el intestinal.
Las inhalaciones de vapor de agua, solas o con algún tipo de planta medicinal, refrescan las vías respiratorias, descongestionándolas, y fluidifica secreciones para que salgan de los pulmones y bronquios; el vapor de agua sobre la cara abre los poros en personas que padecen acné para extraer impurezas y lograr su recuperación, posteriormente, se aplica agua fría para cerrar los poros y dejar el cutis limpio, sano y bello.
El baño es indispensable para una buena salud.
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