Cada madre tiene derecho a gozar de un embarazo saludable que le permita llegar a su término con mínimo de riesgos y complicaciones, para ella y su hijo, mediante el acceso a servicios de salud de primero y segundo nivel de atención.
Evitar la mortalidad materna no necesariamente requiere alta tecnología, sino del compromiso social a una cultura de la salud, orientada a promover y educar para la salud. La mujer debe ser la mejor conocedora de su propio riesgo reproductivo y obstétrico.
La defunción materna tiene múltiples factores. Influyen, entre otros, culturales, sociales, geográficos, económicos y de atención médica que, al sumarse las condiciones de la madre, el médico y la institución influyen en este problema. Las principales causas son: preeclampsia-eclampsia, hemorragia obstétrica y los procesos infecciosos obstétricos y no obstétricos.
Los síntomas de alarma que pueden presentarse durante el embarazo son: mareos, ver destellos, zumbido de oídos, dolor de cabeza, hinchazón de pies y piernas, hinchazón generalizada, aumento o pérdida de peso, hemorragia transvaginal, falta de movimientos fetales después del quinto mes, ruptura prematura de membranas (salida de líquido amniótico), fiebre, y aumento en la frecuencia urinaria, de sed y de apetito.
De acuerdo a la normatividad para la atención del embarazo, parto y puerperio, son 5 las consultas a otorgar a cada embarazada, número considerado con mínimo para garantizar una buena atención.
Fuente: Secretaría de Salud (SSA).
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