El latido es un padecimiento identificado por una palpitación en la boca del estómago o a la altura del ombligo, cuya etiología se debe, por lo general, a problemas en la alimentación. Cantidad, horario y calidad de las comidas son factores causales del mal, aunque también se refieren otros, a nivel regional.
Los yaquis de Sonora lo atribuyen a un susto; en el Estado de México, a un coraje, levantar objetos pesados o mal cuidado de un parto; en Cuajinicuilapa, Guerrero, y mayas de Yucatán refieren la entrada de aire. En Huixquilucan, Estado de México, mencionan que se debe a que el corazón se ha caído, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.
El diagnóstico se establece por la presencia del latido, brinco, pulsación o palpitación en la región abdominal. Hay, con frecuencia, inapetencia, dolor de estómago, endurecimiento del vientre, adelgazamiento, debilidad, vómito, diarrea y dolor de cabeza, entre otras manifestaciones.
Toronjil |
En Hueyapan, Morelos, aplican emplastos y dan masajes. En Atoyac de Álvarez, Guerrero, se prepara una mezcla con Vick VapoRub y aceite rosado con la que masajea al enfermo desde las extremidades hacia el tronco, a nivel del estómago hasta que el pulso se siente fuerte.
En Tepepan, DF, se recomienda un té de ruda (Ruta sp.) por las mañanas durante una semana, acompañando con masajes. En Cuajinicuilapa, se ingiere una copa de ajenjo (Artemisia absinthium) para abrir el estómago y sacar el viento. Los mayas preparan un pulverizado con diversas especies, entre las que se encuentran el epazote (Teloxys ambrosioides), jengibre (Zingiber officinale), guaco (Aristolochia sp.) y toronjil (Agastache mexicana), disuelto en una taza de agua caliente, y se toma tibio por las noches.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario