lunes, abril 17, 2006

Terapias alternativas: Armonía mental (Dra. Margarita Madrid Guillen)


Se cree que el naturismo es una dieta y hábitos higiénicos específicos, así como tratamientos determinados. Es correcto, pero, a menudo, olvidamos que esto mismo vale para cerebro y mente. Las enfermedades psicosomáticas designan enfermedades que sin ser propias del tejido nervioso y cerebral afectan a órganos y sistemas diferentes como consecuencia de algún desarreglo neuronal. Casi todos los desórdenes orgánicos son del tipo psicosomático en mayor o menor grado.
Según Hipócrates, no hay enfermedades, sino enfermos. Cada persona manifiesta una misma enfermedad con diferente sintomatología y médicamente existe el efecto placebo: capacidad de autogestión y dominio de que es capaz el ser humano produciendo efectos positivos o negativos con tratamientos determinados que no tendrían un efecto farmacológico, de acuerdo a la disposición metal del paciente. Confiar en el médico, en el tratamiento y su apego son fundamentales para la recuperación. Una buena disposición mental contribuye a recuperar la salud y prevenir desórdenes orgánicos, causados por lo que comemos, actuamos, pensamos y vivimos. Si tenemos angustia, odio, rencor y resentimientos no pensemos en tener un cuerpo sano. El amor a sí mismo fomenta la salud mental y emocional. Si del 60 al 80 por ciento de las enfermedades son psicosomáticas, una actitud mental positiva resolvería en ese porcentaje las alteraciones orgánicas.
No hay armonía mental con una dieta incorrecta y malsana. Y una dieta correcta en una actitud mental perturbada no hace mejor efecto para recuperar la salud. No nutre lo que comemos, sino lo que se digiere. La mala alimentación no sólo afecta al hígado, riñones o corazón, sino también al funcionamiento cerebral. Al recibir toxinas en lugar de sangre limpia y oxigenada, las neuronas se irritan y se traduce en neurosis, alteraciones de la memoria y actitud mental negativa. El abuso de café, alcohol, tabaco, carnes y alimentos procesados puede producir abogatamiento mental, dificultad en la concentración y problemas psicológicos graves. Hay minerales, vitaminas y grasas indispensables para el buen funcionamiento cerebral, como los frutos secos: almendras, nueces, avellanas, ciruelas pasa, pasas, orejones, leche, ajonjolí y aguacate que, además, benefician al cuerpo, sobre todo para la formación del tejido nervioso infantil.
La salud mental depende de la buena alimentación, lo que redunda en mayor longevidad corporal y cerebral manteniendo la actividad intelectual y espiritual acorde a las leyes universales, impidiendo la decadencia senil, sumando, además, el ejercicio físico que logrará un equilibrio biopsicosocial.

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