La producción de granos ricos en nutrientes es un objetivo biotecnológico de particular interés. Tal es el caso del arroz dorado que contiene altas concentraciones de precursores de vitamina A, lo que reduce la avitaminosis en países en vías de desarrollo.
Estrategias similares se están implementando en variedades de mostaza para obtener aceites ricos en esa misma vitamina.
Por otro lado, están en proceso diseños biotecnológicos en maíz que hacen posible la expresión del gen y-TMT, el cual codifica una enzima que lleva a cabo la conversión de y-tocoferol a a-tocoferol, la forma más potente de vitamina E.
La vía metabólica en la que se efectúa este proceso es común en maíz, soya y colza con lo que se busca producir aceites vegetales enriquecidos con la vitamina E.
Además, se han generado diversas variedades de hortalizas ricas en fitonutrientes, que son sustancias específicas, encontradas exclusivamente en plantas, cuyo consumo ha resultado benéfico para tratar diversos padecimientos, como:
- Jitomates enriquecidos en licopeno, pigmento vegetal que aporta su color rojo, al igual que a las sandías y, en menor cantidad, a otras frutas y verduras. Esta molécula es un poderoso antioxidante y se ha sugerido que su ingestión disminuye el riesgo de cáncer y enfermedades vasculares.
- Lechugas fortificadas con revesterol. Este ingrediente, encontrado en el vino tinto, contribuye a incrementar los niveles del colesterol bueno y reducir la incidencia de enfermedades vasculares. También se le atribuyen propiedades anticancerígenas.
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