miércoles, febrero 20, 2008

Terapias alternativas: Dermatitis atópica (Dra. Margarita Madrid Guillen)


Es la inflamación duradera de la piel, con comezón superficial. Aparece, por lo general, en personas con antecedentes propios o familiares de trastornos alérgicos, como asma bronquial. Se desconoce su causa y su relación con la dermatitis no es clara. Con frecuencia, inhalantes y alimentos producen ronchas y reacciones inespecíficas de enrojecimiento en pruebas de rascado en personas jóvenes. Estos pacientes suelen tener niveles elevados en la sangre de anticuerpos, correspondientes a reacciones alérgicas (lgE) y aumento de células sanguíneas, cuyos significado causal se desconoce.

La enfermedad puede comenzar en los primeros meses de vida con manchas rojas, húmedas y costrosas en cara, piel cabelluda, brazos y piernas. En niños mayores y adultos puede tener forma crónica más localizada. Su curso es impredecible, aunque la inflamación cutánea puede desaparecer a los 3 ó 4 años de edad. Exacerbaciones y remisiones se repiten con frecuencia en infancia, adolescencia o edad adulta. La comezón es una característica constante; rascado y fricción conducen a comezón-rascado-lesiones-comezón. Niños mayores y adultos presentan enrojecimiento y engrosamiento de la piel en pliegues del codo, detrás de las rodillas, párpados, cuello y muñecas. El trastorno puede generalizarse y complicarse por infecciones bacterianas y crecimiento de ganglios locales.

El uso constante de medicamentos lo expone a partículas alérgicas. La dermatitis por contacto puede agravar y complicar la atópica. La piel es, por lo general, seca y muy usual en estos pacientes, al igual que la intolerancia a irritantes. El estrés, cambios de temperatura ambiental, humedad, infecciones bacterianas de la piel y ropa de lana suelen aumentar los síntomas. El paciente no debe exponerse a otros con herpes simple activo o a personas recientemente vacunadas.

El diagnóstico es clínico. Se basa en la distribución de lesiones, larga duración y antecedentes familiares. Los pacientes deben evitar sustancias agresoras y prevenirlos contra medicamentos tópicos. Se emplean corticoides y sustancias emolientes para hidratar la piel, objetivo importante del tratamiento.

Deben reducirse los baños si nota un efecto perjudicial y evitar el uso de jabón en zonas lesionadas pues, junto con el agua, pueden ser secantes e irritantes. Aceites de germen de trigo y almendras dulces ayudan a lubricar la piel, la cual debe secarse con la toalla, pero sin frotar. Es útil administrar medicamentos para combatir la comezón y como sedante cuando ésta empeora. Las uñas deberán mantenerse cortas para disminuir lesiones secundarias. Puede ayudar la terapia sicológica, cambio del entorno, consumir jugos y ensaladas verdes y frescas para recuperar la piel y acelerar su mejoría.

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