Fruta de la vida. Es un manjar apetitoso. Redondo y jugoso con piel delgada y pulpa dulce. Cuenta con algunas semillas que, en la actualidad se comercializan en gran medida, ya que se ha encontrado en su interior la Coenzima Q10, considerada importante antioxidante que previene el envejecimiento prematuro y actúa contra los factores contaminantes en la piel.
Las uvas se concentran en racimos que penden de un tronco común. Existen diversas variedades. Por el color son blancas, negras, amarillas, moscatel o moradas; por el sabor, ácidas o dulces. Se encuentran casi todo el año y cuando se secan pierden la mayor cantidad de agua, dando lugar a la uva pasa que concentra más azúcar y aumenta su valor nutritivo y energético.
De preferencia, deben comerse completas, es decir, con hoyuelo, ya que en éste también hay nutrientes. Deben masticarse muy bien para extraer todo el jugo concentrado. La piel contiene fibra que favorece la función digestiva; contribuye a la desintoxicación del organismo, reduce los niveles de ácido úrico en la sangre y disminuye los dolores articulares. Su consumo no tiene límite, sólo deben lavarse muy bien. Es bueno que los niños y ancianos la acostumbren, ya que previene la frecuencia de infecciones respiratorias. Posee infinidad de cualidades para la salud y la alimentación. Es una fruta alcalinizante del organismo.
Contiene fructosa, taninos, levulosa, glucosa, potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro y vitaminas A , B y C. Favorece el desarrollo muscular intenso, por lo que es ideal para deportistas, niños en desarrollo y mujeres embarazadas y en lactancia.
Combate la neuritis y el escorbuto, retrasa la vejez, evita el estreñimiento y putrefacción intestinal, baja los niveles de urea en la sangre, mejora las funciones renales en personas con insuficiencia crónica, así como la secreción de biliar y, en general, el estado de salud de cualquier individuo.
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