Uno de los grandes beneficio que traen a la salud humana las inundaciones es el enriquecimiento de las tierras de cultivos a las que les reintegran los minerales perdidos por la sobreexplotación, deforestación, ganadería extensiva y uso de agroquímico, en especial, cuando se utilizan monocultivos.
Estudios realizados por Erwin Moller , especialista en salud ortomolecular, revelan que gran parte de los alimentos que se consumen en la actualidad, tienen fuerte deficiencias de nutrientes, por la pobreza de los suelos donde se cultivan.
El humus contiene todos los elementos necesarios para que las frutas y verduras que se siembran en esos terrenos los recojan y enriquezcan sus frutos, mismos que pasan al ser humano cuando los consume.
Sin embargo, debido a los desmontes o al uso desmedido de las tierras, actualmente, la mayoría de ellas carece de esa capa delgada de nutrientes pues es arrastrada por las lluvias y huracanes, al quedar descubierta por los desmontes.
Así, las tierras ricas en nutrientes se encuentra, en la actualidad, en el fondo de las presas, represas, bordos y demás obras hidráulicas que se construyen en todo e mundo y que recolectan ese humus.
Por ello, las inundaciones juegan un papel importante en las tierras de labrantío al inundar los terrenos de cultivo y depositar en ellos esos lodos ricos en minerales que requieren los frutos para su sano desarrollo y que, posteriormente, aprovechan los seres humanos, al consumirlos.
De otra forma, habría que sembrar en los fondos de las presas para obtener cosechas de gran utilidad, porque es ahí donde están las mejores tierras de cultivo, lo cual, por obvias razones, no es posible.
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