viernes, mayo 30, 2008

Terapias alternativas: Las frutas (Dra. Margarita Madrid Guillen)


Son alimentos por excelencia, de primera necesidad, para el ser humano, plenamente comprobado por la ciencia botánica. Refrescan el estómago, depuran la sangre, producen vitalidad y tonifican el sistema nervioso. Proporcionan calorías, vitaminas, minerales, fibra y agua que el cuerpo necesita, tanto para su crecimiento y desarrollo como para su supervivencia y regeneración.

Las características principales son su riqueza en azúcar, ácidos orgánicos y aromas que les confieren olor y sabor agradables. En peras, manzanas, cerezas, ciruelas y chabacanos predomina el ácido málico; en uvas, el tartárico, y en los agrios, el cítrico. Tienen suficientes cantidades de vitaminas, tanto que algunas, como el limón, se emplean para combatir ciertas enfermedades.

Asimilables en alto grado, fuente insustituible de minerales, vitaminas y azúcares, son laxantes y diuréticas (excepto el membrillo y el níspero que son astringentes por el tanino que contienen), aún las más ácidas, como el limón, por su contenido de ácidos orgánicos.

Pueden comerse en todas las edades, desde que salen los dientes. Son un agente natural de vida y salud. Deben comerse en su estado natural, masticándolas y consumiéndolas con todo y su pulpa, sin pelar cuando ello sea posible y, en especial, de la época.

Se recomienda comer una sola clase de fruta y repetirse en el día las veces que se quiera, en cantidad moderada. La ventaja de consumirlas en abundancia es su valor estimulante del apetito que, actualmente, va perdiendo, cada día, más terreno, a causa de la progresiva debilidad del estómago.

Por sus efectos diuréticos, el agua y sales, principalmente potasio, eliminan líquidos que están de más en el cuerpo y, al ser laxantes, combaten el estreñimiento, mal que afecta a la humanidad civilizada, su celulosa actúa mecánicamente sobre las paredes intestinales y la pectina absorbe los gases y estimula al intestino.

En invierno, puede recurrirse a frutas secas o deshidratadas, como orejones, pasas, higos, ciruelas, etc. Las frutas cocidas o en conserva ya no proveen todos los beneficios de las frescas, aunque son menos malas que cualquier otro alimento cocinado o procesado. Las instituciones de salud invitan a comer, a diario, mínimo 5 frutas y 5 verduras para conservar la salud o para recuperarla.

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