Enfermedad infecciosa y contagiosa como el sarampión, causada por un virus transportado en gotitas por el aire o contacto cercano, que se manifiesta en la piel. Puede ocasionar aborto, nacimiento de un feto muerto o defectos congénitos en hijos de madres infectadas en los primeros meses del embarazo. Se puede trasmitir desde 1 semana antes de las lesiones cutáneas hasta una después de desaparecer. No todos los niños se infectan, y entre 10 al 15 por ciento de mujeres adultas es susceptible. Las epidemias aparecen en la primavera. Crea inmunidad, durante toda la vida, después de la infección.
A los 14 o 21 días de ingresado el virus, hay malestar general y ganglios inflamados y dolorosos debajo de la nuca y detrás de las orejas, aunque no en todos los adolescentes y adultos. También afecta al paladar. Su presencia y erupción cutánea sugieren el diagnóstico. La erupción es semejante al sarampión. Comienza en cara y cuello, se extiende al tórax, brazos y piernas. Inicialmente, puede haber enrojecimiento, similar a la escarlatina, en la garganta, sin dolor; las lesiones duran, aproximadamente 3 días. Los síntomas en niños son leves, como dolor articular y de cabeza, malestar general y fiebre. En varones adultos puede haber dolor testicular transitorio, con frecuencia.
Puede confundirse con sarampión, escarlatina, exantema por medicamentos y mononucleosis infecciosa, pero se distingue del sarampión por su erupción más leve, desvanecimiento más rápido y ausencia de manchas dentro de la boca. No hay cosquilleo en la nariz, molestia a la luz y tos. En la escarlatina leve hay más síntomas que en la rubéola como garganta intensamente enrojecida, dolorosa y glóbulos blancos más elevados. La erupción y crecimiento de ganglios también puede aparecer en la mononucleosis infecciosa, por lo que hay que esclarecer bien el diagnóstico. Los glóbulos blancos, al principio, están disminuidos y, posteriormente, se elevan. La aparición de anticuerpos al virus de Epstein-Barr corroboran la mononucleosis.
Mantener en observación al paciente permite esclarecer el diagnóstico clínico que debe confirmarse por laboratorio. Actualmente, hay una campaña de vacunación para mujeres en edad reproductiva de 15 a 29 años. Se ha sugerido su uso con virus vivos atenuados en todas ellas y se recomienda la vacunación rutinaria a todos los niños desde los 15 meses de edad y en la pubertad para erradicar la infección. En mujeres adultas puede haber, en algunas ocasiones, dolor e inflamación articular después de vacunarse.
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