lunes, junio 16, 2008

Terapias alternativas: Glucosamina (Dra. Margarita Madrid Guillen)

Es un amino-azúcar, compuesto de glucosa, hidrógeno y una amina nitrogenada que el organismo lo produce de forma natural. Es parte de la estructura de los tejidos, participa en la formación de uñas, piel, huesos, ojos, tendones, válvulas cardíacas, secreción y mucosa del aparato respiratorio, digestivo y urinario que ayuda a incorporar el azufre al cartílago. Al envejecer, se pierde la capacidad de fabricarlo y el cartílago que soporta el peso y presión de articulaciones como cadera, rodillas y manos, se destruye, endurece y forma dolorosas espinas óseas y deformación articular que limitan el movimiento.

No se encuentra en alimentos, pero sí en productos elaborados a partir de la quitina de la caparazón de mariscos como cangrejos, gambas y langostas, así como de tejidos conectivos de animales como la médula ósea de los huesos del pollo.

El sulfato de glucosamina estimula la regeneración articular y favorece su reparación en el control de la artrosis. Es útil en lesiones deportivas, bursitis, alergias alimentarias, respiratorias, asma, osteoporosis, tendinitis, vaginitis y algunos problemas cutáneos. No es un medicamento antiinflamatorio por lo que tarda en actuar, pero funciona igual que ese tipo de medicinas.

La glucosamina se vende mezclada con harpagofito y sulfato de condroitina que, al tomarla, reduce el dolor al caminar y hacer ejercicio. No tiene efectos secundarios de ningún tipo y es segura cuando se usa en tratamientos de largo plazo, aunque deben atenderse las siguientes recomendaciones.

Estudios recientes demostraron que pacientes no diabéticos que la tomaron durante 12 semanas presentaron aumento en sus cifras de glucosa, por lo que los diabéticos deben saber que pueden subir los niveles de azúcar y requerir ajustes en sus tratamientos, pero esto no significa descartarla en problemas articulares pues está demostrada su seguridad en casos de artrosis.

Dosis elevadas pueden causar malestares gástricos como náuseas, diarrea, indigestión y ardor esofágico (pirosis), por lo que debe tomarse con alimentos para evitar esos síntomas. No debe administrarse con medicinas para el corazón ni con insulina y quienes toman diuréticos pueden requerir dosis mayores.

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