lunes, septiembre 01, 2008

Obesidad y sobrepeso

Mireya

Nací gorda… pesando 4.800 kilogramos. Jamás había sabido qué se sentía estar en el peso, de acuerdo a la talla y edad. De pequeña, la forma en que recibí amor fue a través de la comida. Fui una niña muy silenciosa; la comida ocultó mis emociones.

El menaje me lo pasó un compañero de T. A., 3 veces en la misma semana. El sábado que llegué al grupo, estaba dispuesta a comerme unos sopes, porque el papá de mis hijos, una vez más, no había respetado un acuerdo. Para llegar a esos sopes, el Metro se detuvo más de 5 minutos en la estación donde estaba el grupo. Fue un impulso el que me hizo bajar. Entré y me recibieron con un delicioso pastel de cocoa, requesón y una fruta.

Decidí quedarme porque por años busqué la forma de peder peso sin dejar de comer. Pastillas, gotas, acupuntura, etc. Los compañeros me compartieron el testimonio de haber perdido más de 50 kilos de peso.

Hoy, con casi 40 kilos menos, gracias al plan de alimentación que es parte del programa de Tragones Anónimos. Recibí la oportunidad de ver horizontes tan diferentes que mi obesidad no me permitía aspirar. Mi vida tomó dimensiones distintas.

Mejoró mi calidad de vida en lo físico, emocional y espiritual.

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