lunes, septiembre 22, 2008

Terapias alternativas: Las enzimas, ingenio de la Naturaleza (Dra. Margarita Madrid Guillen)

En el organismo humano existen miles de enzimas que actúan en diferentes funciones todo el día y durante toda la vida. Por ellas, el organismo es capaz de renovarse, sustituir células viejas y desgastadas, transformar las sustancias nutritivas en energía, eliminar desechos, toxinas, radicales libres, cuerpos extraños, etc.; actúan defendiendo contra gérmenes dañinos, cicatrizando heridas y logrando que, cada quien, se mueva, respire, piense y más. Controlan y aceleran todos los procesos vitales del cuerpo. Sin ellas, simplemente no habría vida.

Cada una de estas proteínas cumple una única función. Comprometidas con la vida llevan a cabo su cometido con perfección, tienen un enorme rendimiento, sirven fielmente hasta la muerte. Algunas intervienen en miles de reacciones bioquímicas cada minuto, ninguna actúa en forma aislada, sino siempre en combinación con otras. Estas maravillosas moléculas son elaboradas por el propio organismo, deben renovarse constantemente porque también sufren deterioro y pierden su capacidad funcional, reduciendo su actividad y destruyéndose. Si se dispone de todas las necesarias asegurará mejor su salud.

Sólo con buena calidad de enzimas saciamos el hambre. El hombre moriría si no existieran porque se encargan de degradar los alimentos para formar nutrientes, sangre y oxígeno para el organismo. Inicia en la boca; al masticar un pedazo de pan varias veces, su sabor se vuelve dulce porque las enzimas de la saliva descomponen el almidón en azúcar; continuando en el estómago e intestino por la acción de los jugos gástricos que libera el páncreas. Algunas descomponen las proteínas en aminoácidos, otras transforman las grasas en ácidos grasos, pasando después al torrente sanguíneo, a través de la pared intestinal, para que los utilice el organismo, como fuente de energía, y reconstruir las paredes de millones de células que posee el hombre para, a su vez, producir nuevas enzimas.

Su carencia convierte a la personas en total indefensión ante los ataques de agentes patógenos, como virus, bacterias, hongos y demás, ante las sustancias contaminantes del Medio Ambiente, agresión por desechos de metabolismo, etc. Estos ingenios de la Naturaleza son indispensables para los mecanismos de defensa del sistema inmunológico y procesos naturales de autocuración, activando a las células macrófagas que engloban y destruyen a los organismos y cuerpos extraños y nocivos que dañan al individuo.

Cada enzima ataca directamente a microorganismos; otras, a células cancerosas que afectan al organismo, unas más, producen anticuerpos para combatir bacterias, células anormales y sustancias químicas nocivas que desactivan las células encargadas de la defensa corporal. En palabras simples, las defensas orgánicas sólo pueden intervenir con eficacia en conservar la salud y curar diferentes desórdenes al disponer de suficientes enzimas.

Una sana alimentación, con buena cantidad de frutas y verduras, cada día, provee al organismo de precursores de enzimas para que, al llegar al organismo, las procese y actúe defendiendo a los millones de células que nos componen.

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