Piel seca
Sin tratamiento alguno, envejece rápido, al carecer de película hidrolipídica que hace que los movimientos y gestos del rostro formen más fácilmente arrugas en la superficie poco lubricada.
A diferencia de la piel grasa, genera inesperadamente más células muertas que la asfixian, por lo que necesita limpiarse, nutrirse e hidratarse, generosamente.
Sus dos características son: débil producción de factores hidratantes que provocan baja dosis de humedad protectora, y rápido proceso de envejecimiento, por su reducido porcentaje de agua y grasa.
Para cuidarla, evita la limpieza incorrecta o productos que la desgrasan, en forma violenta, como jabones agresivos o tónicos alcohólicos; atmósfera seca de ambientes con demasiada calefacción (mantenerse bien los humidificadores de los radiadores domésticos), aire acondicionado mal regulado y demasiada exposición a rayos solares.
Requiere limpiarse en forma perfecta con productos delicados; efectuar, de forma habitual, la exfoliación para estimular la epidermis; cuando la temperatura es baja, sobreponer dos cremas diferentes (una hidratante y otra nutritiva o aceite de germen de trigo y crema tonificante), y utilizar sombrero o algo que le cubra.
Elegir desmaquillador de flor de lis y de rosa; leche de limpieza a la manzanilla; bosque de Panamá, como exfoliante, y agua aromática de miel y cera de abeja o agua aromática de manzanilla o de tila y crema a base de polen de flores o de frutales.
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