domingo, junio 07, 2009

Salud y bienestar

Beneficios de la coenzima Q10

Descubierta en 1957 en Estados Unidos por Fred L. Crane, de la Universidad de Wisconsin, la coenzima Q10, conocida como ubiquinona, presente en todas las células del cuerpo, es un potente antioxidante, que está en las mitocondrias de los músculos y órganos, sobre todo corazón, hígado, riñones y páncreas. Es una sustancia liposoluble, es decir, que el organismo la aprovecha mejor en presencia de las grasas, por lo que es muy efectiva si se combina con la vitamina E.

Alimentos que la contienen.- Las mejores fuentes de coenzima Q10 son las vísceras de res como hígado, corazón y riñones; carne de ternera, sardinas, arenque, salmón y otros pescados de aguas frías; cacahuates, soya, espinacas, brócoli y levadura de cerveza.

Principales funciones de la coenzima Q10.- Producción de energía a nivel celular. Su importancia es tal que sin ella no se produce energía. El corazón es el principal órgano dependiente de la energía, que, por su actividad continua e intensa consume 25 por ciento de toda la que produce el organismo. Su deficiencia grave podría desencadenar un paro cardíaco, aun cuando los demás órganos estén en perfectas condiciones.

Función antioxidante y antienvejecimiento.- Actúa como antioxidante, al ayudar a reducir el daño, relacionado con la edad, que causan los radicales libres y lo previene en el proceso de producción de colágeno y elastina del cuerpo. Al envejecer, el organismo produce menos cantidad de estos componentes, esenciales para una piel juvenil, brillante y sin arrugas. Por proteger la producción de colágeno y elastina, es componente de cremas medicinales y de belleza.

Restaura y estimula el sistema inmunológico.- Al aumentar la capacidad fisiológica de uso de oxígeno, en situaciones de estrés, favorece la función celular del sistema inmune; fortalece y mantiene alerta las defensas del organismo.

Beneficios en el tratamiento y prevención de padecimientos

* Enfermedades cardiovasculares.- En la actualidad, la enfermedad cardiovascular y las cerebrovasculares causan más muertes de mujeres, cada año, que el cáncer, tuberculosis y VIH juntos, sobre todo después de la menopausia, según la World Heart Federation. La coenzima puede mejorar la calidad de vida y funcionamiento cardíaco en personas con patologías coronarias, debido a que juega un papel esencial para tener un corazón sano. Un corazón saludable contiene niveles elevados de CoQ10, mientras que entre 50 y 75 por ciento de las personas con enfermedades cardíacas presentan una deficiencia de ella.
* Hipertensión y colesterol.- Para el tratar ambas enfermedades, el médico puede apoyarse en la administración de coenzima, ya que diversos estudios han demostrado que puede reducir la tensión sanguínea de personas con hipertensión. Los científicos consideran que esta coenzima opera provocando la desaparición de una anomalía en el proceso metabólico corporal, lo que, a su vez, hace que la presión sanguínea disminuya.
* Cáncer.- La revista Harvard Women’s Health Watch publicó que las pacientes con ciertos tipos de cáncer, entre ellos el de mama, presentan niveles corporales de CoQ10 menores a quienes no lo padecen. Este hallazgo podría indicar que la CoQ10 tiene un efecto protector en este tipo de cáncer, y que las pacientes que reciben CoQ10, junto con otros antioxidantes y ácidos grasos, experimentan una regresión parcial de sus tumores.
* Migraña y Parkinson.- Un estudio realizado por la Universidad Thomas Jefferson, en Filadelfia en 2002, comprobó la efectividad de la Q10 para tratar y prevenir la migraña, sobre todo cuando es más largo su período de administración.
En relación con el Parkinson, un estudio de la Universidad de San Diego demostró que la coenzima retrasa su avance cuando se detecta en estadios tempranos. Al tomarla, como complemento nutricional, protege ciertas áreas del cerebro afectadas por el Parkinson.
* Enfermedad periodontal.- Ayuda a recuperar las encías sangrantes, debido a que, aplicada en forma tópica, disminuye los estragos gingivitis y la periodontitis, que afectan al 60 por ciento de los adultos jóvenes y a 80 por ciento de los mayores de 65 años.

Fuente: Departamento de Comunicación y Contenido, TodoEnSalud.org

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