La piel seca es, a menudo, la más bella. Fina, traslúcida y luminosa, pero, por desgracia, es también muy delicada y no fácil de convivir con ella. Por cualquier cosa se agrieta y se estira continuamente por ser muy sensible y frágil.
Sin tratamiento alguno, envejece pronto, porque la carencia de la película hidrolipídica hace que todos los movimientos y gestos del rostro formen más fácilmente arrugas en una superficie poco lubricada. Además, genera, en forma inesperada, más células muertas que tienden a asfixiarla.
Por lo que esta piel necesita ser limpiada, nutrida e hidratada con particular generosidad, sostienen especialistas de L’Erbolario, empresa naturista italiana de cosmetología y belleza.
Uno de los factores que más la deterioran son los tiempos invernales, por lo que aconsejan sobreponer 2 cremas diferentes, que pueden ser una hidratante y una nutritiva o aceite de germen de trigo y una crema tonificante.
Además de limpiar siempre la epidermis con productos específicos y delicados y efectuar de modo habitual la exfoliación para liberar y estimular la epidermis.
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