También llamada fibrosis quística de la mama, es una tumoración benigna que se desarrolla en la glándula mamaria. Es frecuente en mujeres, aunque la prevalencia en hombres va en aumento, sostiene la doctora Margarita Madrid Guillén, especialista en terapias alterativas.
El 50 por ciento de las mujeres padece, en algún momento de su vida, de quistes mamarios, sobre todo en la etapa reproductiva. No se presentan después de la menopausia, ya que las hormonas declinan, lo que hacer pensar que éstas tienen una participación importante en la formación de esas tumoraciones.
Con frecuencia, la mujer presenta molestas premenstruales, como dolor mamario e inflamación, pero no en todos los casos se presentan quistes, aunque sí son más frecuentes.
La mujer que se explora sus mamas con frecuencia aprende a conocer el tejido normal y es más fácil detectar cualquier diferencia en la consistencia y forma, lo que la alerta en caso de notar alguna bolita diferente a lo habitual.
Es importante que la exploración se haga inmediatamente después de la menstruación; nunca antes, ya que en forma natural se congestionan las mamas antes de ella, lo que podría confundirla y sospechar la presencia de quistes.
Los quistes pueden presentarse en forma bilateral o ser uno solo, pero, por lo general, son varios y de diferentes tamaños. Cuando son superficiales son dolorosos y pueden tomarse con los dedos y desplazarse con facilidad, pero si son profundos, agrupados y sin desplazamiento, pueden ser tumoraciones malignas.
Para prevenirlos, es indispensable reducir o eliminar el consumo de grasas de origen animal y la carne. Está demostrado que estos alimentos predisponen a ese tipo de enfermedades, sostiene Madrid Guillén.
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