martes, octubre 08, 2013

Salud entre los indígenas

Formas de trata la frialdad

La creencia popular señala que el equilibrio frío-calor corporal es una condición indispensable que refleja un buen estado de salud y que al verse aquél afectado por determinados factores externos, se traduce en enfermedad.

Partiendo de esta premisa, la frialdad puede definirse como un estado de desequilibrio corporal; el cuerpo tiende al frío y está por consiguiente, ávido de calor, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.

Entre los factores que pueden conducir a tal estado, se encuentran una dieta desequilibrada por la ingestión excesiva de alimentos de cualidad fría; un cambio intempestivo de temperatura, es decir, recibir un impacto frío cuando el cuerpo se encuentra caliente (una corriente de aire o un baño frío), someter al cuerpo o a alguna de sus partes a un prolongado contacto con elementos fríos (acostarse en el suelo, caminar descalzo, dormir con el cabello húmedo o permanecer con la ropa mojada) o por un ataque de alguna entidad sobrenatural que por su propia naturaleza comunica frialdad.

El frío puede concentrarse en un órgano o región determinada, medrando sus funciones. Cuando se localiza en la matriz o en los ovarios, la mujer sufre una serie de irregularidades que la imposibilitan para concebir o para llevar a buen término un embarazo, particularmente cuando no se han tomado las medidas preventivas durante la menstruación, en el parto o en el puerperio.

Cuando se localiza en la región gástrica o abdominal, puede provocar dolor de estómago, diarrea, disentería, estreñimiento, y en los bebés, cólico del recién nacido. En algunos padecimientos musculoesqueléticos, causa dolores musculares, dolor de aire, dolor de huesos y dolor reumático, mientras que en otros, como las torceduras o zafaduras, aumenta las molestias.

Otro grupo de padecimientos, que según el saber popular puede originarse por un desequilibrio corporal frío-calor, son algunas afecciones respiratorias como asma, anginas, bronquitis, gripa, pulmonía, tos y tos ferina.

En cualquiera de los casos, la terapéutica se basa en extraer el frío y dar el calor necesario para lograr un estado neutro, lo que se logra con la administración de infusiones herbolarias (generalmente preparadas con plantas catalogadas como calientes), baños de vapor, baños con cocciones o macerados de plantas de la misma calidad, maniobras manuales como frotaciones o masajes con aceites, grasas o enjundias y aplicación de fomentos, parches, emplastos y ventosas cuando la frialdad se encuentra localizada. Es habitual que las terapias se acompañen de una dieta equilibrada o dirigida a recuperar el calor necesario.

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