Tratamiento de la diabetes
La diabetes es un padecimiento identificado por el deseo frecuente de orinar, cansancio, sed y hambre insaciables, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.
Su causa se asocia a una fuerte experiencia emocional: un susto o una muina. También se atribuye a ciertos desórdenes en la dieta, tales como un desequilibrio frío-calor debido a la naturaleza de los alimentos ingeridos o comer en exceso, particularmente dulces.
Esto último queda de manifiesto entre los mayas peninsulares, quienes señalan que a ciertas personas no les caen los alimentos azucarados, pues con el paso del tiempo se acumulan en su cuerpo en forma de suciedad que sale por la orina.
De aquí que los curanderos y ancianos de la región la diagnostiquen haciendo orinar al paciente cerca de un hormiguero y observando si las hormigas se concentran a su alrededor atraídas por el azúcar, conducta que no ocurre con la orina de un individuo normal.
Aparte de los síntomas habituales antes señalados, en ocasiones se reconocen ciertas complicaciones propias de la diabetes, tales como frecuentes infecciones (en particular de vías urinarias), heridas reacias a la cicatrización, retención de líquidos y coma diabético.
Para combatir o controlar esta afección, en la mayoría de los casos se usan preparados en forma de extractos (licuado, macerado, infusión, té o cocción) administrados en ayunas. Destacan el nopal (Opuntia sp.), tronadora (Tecoma stans), guarumbo (Cecropia obtusifolia), elemuy (Guatteria gaumeri o Malmea depressa), cocoyol (Acrocomia mexicana), claudiosa (Capraria biflora), gobernadora (Larrea tridentata), ajo (Allium sativum), lágrimas de San Pedro (Coix lachryma-Jobi), tejocote (Crataegus mexicana) y prodigiosa (Brickellia sp.). Basta señalar que existen pruebas farmacológicas que han comprobado el efecto hipoglucemiante de las seis primeras plantas mencionadas.
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