martes, febrero 24, 2015

Rediseño del nuevo ser humano

Ejercicio

Hace poco más de 25 años, la Ciudad de México se llenó de gimnasio y escuelas de artes marciales a donde acudían jóvenes a practicar algún tipo de ejercicio físico.

Este surgimiento de ambas manifestaciones lúdicas se agregó al tradicional baile que se practica en todo el Valle de México y, en sí, en el país entero.

Ir al gimnasio a hacer ejercicio resultó como parte de la imitación de jóvenes a la moda de actores y actrices de televisión, quienes presentaban cuerpos atlético y figura de miss al televidente.

No fue por salud. Al menos, no en ese momento. Los salones de artes marciales casi desaparecieron, no así los gimnasio (gym, se anuncian algunos)

Ahora, la clientela se ha seleccionado y son más los que asisten a ellos en busca de salud. Sobre todo, para hacer frente a los problemas de obesidad.  

A los ejércitos juveniles se sumaron adultos y de la tercera edad que también buscan mejorar su calidad de vida, aunque estas dos últimas categorías lo hacen en salones, parques, jardines y sitios recreativos.

Hacer algún tipo de ejercicio, una alimentación sana y un estado síquico adecuada son la fórmula para mantenerse sano y con buena calidad de vida.

En Pedagogía, se ve al ser humano como un ente biosicosocial. Es decir, debe tener cuerpo y mente sanos y vivir en una sociedad que le ofrezca buena calidad de vida.

La Facultad de Psicología de la Universidad Iberoamericana (UI) fue la primera en difundir entre la población capitalina que bastaría sólo caminar 10 mil pasos diarios para abatir la obesidad.

La reacción social que, de pronto, se vio inmersa en altos índices de sobrepeso y obesidad, incluso entre la población infantil, surgió tras dos hechos innegables, de corte eminentemente social: acceso a más alimentos y facilidades de obtener un auto.

De hecho, en este último caso, en lo primero que pensaban jóvenes cuando ingresaban a un trabajo era comprar un auto, más que cualquier otro bienestar.

Auto, comer y ropa de marca se convirtieron en signos de estatus social.

Surgió entonces la epidemia del sobrepeso y obesidad que, hasta fecha, se mantiene en altos índices sociales.

Vino una cascada de métodos, planes y programas para bajar de peso, pero no se atacaron todas las raíces de fondo.

Actualmente, hay especialistas que sostienen que pasar muchas horas sentados frente a un escritorio o al televisor causa graves daños a la salud.

Recomiendan que, en el caso de los oficinistas, levantarse unos minutos y realizar leves ejercicios físicos, utilizar lo menos posible el auto y subir escaleras a pie, en vez de usar las eléctricas.

Se tiene claro que hacer ejercicio, aunque sea sólo caminar unos minutos al día, mejora la salud y es parte de solución a males crónicodegenerativos.

No es necesario ir al gimnasio. Hay programas que se realizan en el hogar.

Son simples y al ritmo que cada persona lo desee hacer. No se requiere ir al gym ni tampoco gravan la economía familiar.

El baile, aunque es popular, no sería tan aconsejable, porque la mayoría de las personas lo utilizan como recreación y no como recurso de salud, aunque existen algunos ritmos y programas que tratan de conjuntar ambos factores.

También tiene que ver la disciplina.

El baile viene al final de una reunión o encuentro gozoso y como colofón para que ésta no resulte fallida, según algunos estudiosos de la conducta humana.

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