Sangre, fuerza vital
Líquido corporal que en las distintas culturas del país representa la fuerza vital. De acuerdo con sus características de color, espesor y volumen, revela el estado de salud del individuo, según la Medicina Tradicional Mexicana. Según esta visión, cualquier estado patológico revela anomalías en las características que se atribuyen a la sangre.
Los mayas de Yucatán relacionan su color con estados de salud o enfermedad. Reconocen cuatro colores: rojo, amarillo, negro y blanco. El rojo indica buena salud; los otros, estados anómalos de distinta gravedad.
Los purépechas de Michoacán creen que es esencial para la buena salud. Si es sangre fuerte y rica disfrutará de gran vigor, si es delgada y pobre será enfermiza, pues el cuerpo recibe la fuerza a través de la sangre.
Los nahuas de Santa Ana Tlacotenco, DF, piensan que mujeres y niños, por la naturaleza débil de su sangre, son más propensos a sufrir el resecamiento de la sangre. Para los nahuas de Tecospa, Edoméx, una persona disgustada o triste desarrolla sangre ácida y fría y produce derramamiento de bilis en la sangre y las convierte en personas frías.
Los huaves de Oaxaca dicen que las menstruantes, puérperas y parturientas son frías por haber perdido sangre. El grado de frialdad es proporcional al de la sangre perdida. Los zoques aseguran que las mujeres en edad fecunda tienen el hígado más grande, pues es el que fabrica y almacena la sangre y debe compensar la cantidad perdida en las menstruaciones.
En los Tuxtlas, Veracruz, se piensa que una impresión repulsiva causa espanto y la sangre se contrae y debilita. Si se extrae una pequeña cantidad, se comprueba que posee un color rosado y densidad menor a la de la sangre normal.
En diversas regiones del país, se considera un bien limitado no renovable, que una vez perdida, nunca puede reponerse por medios normales, por lo que en comunidades nahuas, purépechas y mestizas ingieren atoles, caldos y sangre de diversos animales para recuperar un volumen o densidad determinados y lograr un buen estado de salud.
Los zoques reprueban las transfusiones, pues el individuo a quien se le practica adoptaría la personalidad del donante y estaría condenado a la muerte por no corresponder sus kojamas (trece en total) a las originales del cuerpo.
Los antiguos nahuas consideraban a la sangre como uno de los componentes corporales a los que se atribuía la fuerza vital, creencia que aún prevalece en el medio rural mexicano.
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