Fiebre del heno
La rinitis alérgica o fiebre del heno es una reacción alérgica al polen. Los síntomas suelen ser congestión y goteo constante de la nariz, estornudos, lagrimeo y picor en ojos y nariz. Puede ser estacional, habitual en Primavera, que es cuando más abunda el polen, o crónica, si se manifiesta todo el año.
Para tratarla, la homeopatía ofrece ofrece Allium Cepa, Pulminum Histaminum, Pollen y Euphrasia Officinalis. Para los naturistas el problema no es el polen, polvo o animales, sino que el organismo está desequilibrado por estrés, mala dieta, sistema inmunológico bajo y reacciona de forma desproporcionada ante sustancias que en sí son inofensivas.
Algunas personas observan que cuando están estresadas o cansadas se les desencadena la rinitis alérgica, ya que eso debilita el sistema inmunológico. En este caso se debe descansar y hacer más ejercicio físico para fortalecerlo.
Si hay una relación con el uso reiterado de antibióticos se debe consultar al médico sobre la posibilidad de tomar preparados con "flora intestinal" del tipo Acidófilus, Bífidus, etc. El yogur y el kéfir también lo contienen, el lavado nasal, técnica milenaria hindú, es muy eficaz, ya que limpia la nariz y fosas nasales de mucosidad, partículas de polen, estimula una zona, que al igual que la planta del pie, es refleja del organismo y actúa como masaje estimulante general.
También se utiliza el lavado nasal de agua tibia con una pequeña cantidad de sal marina sin refinar. Su uso continuado mejora estos síntomas o caminar descalzo (pero bien abrigados) cada mañana sobre el rocío del pasto unos 10 minutos. Luego, en casa se lavan los pies y se calza para recuperar su temperatura.
Alimentación.- Como norma deben evitarse alcohol, exceso de sal, fritos, mariscos, alimentos muy refinados y que contengan aditivos químicos; en cambio, aumentar verduras, frutas, alimentos integrales y leches vegetales, beber agua, infusiones y zumos de zanahoria, apio, remolacha, pepino y perejil.
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