Una planta de uso milenario.
Esta planta, cuyo nombre científico es Centaurea benedicta L., contiene cnicina, principio amargo que estimula las glándulas que segregan los jugos digestivos en el estómago e intestino delgado, por lo que tiene una acción tónica estomacal, digestiva y aperitiva que favorecen las funciones del hígado y páncreas a los que descongestiona y desinflama.
En algunas regiones se le denomina chicalote o cardo blanco y es muy útil para hacer comer a niños que, sin padecer alguna enfermedad, sufren de inapetencia. Sus principales indicaciones son contra la atonía digestiva, falta de apetito, digestiones pesadas y vómito; acidez gástrica, insuficiencia hepática y pancreática y como hipoglucemiante que hace descender el nivel de glucosa en la sangre, al igual que como antiséptico y cicatrizante.
Para uso interno, se prepara una infusión con 30 a 50 gramos de hojas frescas o secas por litro de agua que se toma hasta tres tazas por día con los alimentos. Si resulta muy amargo puede endulzarse con miel o azúcar morena; en compresas, se prepara igual y se aplica localmente sobre la zona afectada. Las infusiones para uso interno deben hacerse bastante diluidas pues puede provocar reacciones adversas que originar vómitos.
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