Con actividad antiinflamatoria:
Harpago (Harpagophytum procumbens).- Raíz proveniente de Africa. Es la estrella de las plantas antiinflamatorias; de sabor muy amargo, puede tomarse en cápsulas. Hiperico o Hierba de San Juan (Hypericum perforatum).- Su aceite se utiliza para hacer fricciones externas o por vía interna para calmar el dolor.
Por su acción sobre las vías neurológicas.
Las plantas rubefacientes (que producen enrojecimiento) son muy buenas contra dolores musculares o articulares (contusiones, luxaciones, artrosis), aunque no ayudan para combatir dolores de cabeza, muelas o internos.
Alcanfor (Cinnamomum camphora).- Es una resina de árbol que se encuentra, fácilmente, en farmacias, como pastillas gruesas. Su preparación en alcohol alcanforado es muy simple y, una vez lista, se emplea en fricciones. Si el alcohol es de romero, aún es mejor. Guindilla (Capsicum spp).- Su contenido de capsaicina, además de enrojecer la piel e interrumpir el flujo del dolor por vía nerviosa, se está estudiando para dolores por migraña y cáncer. Mostaza (Sinapsis alba).- Se hierve la semilla en agua, colocando compresas calientes en el sitio del dolor; suele ser excelente. Romero (Rosmarinus officinales).- De efectos suaves. Se macera en alcohol durante un mes y, al término de este tiempo, se filtra para emplearse en fricciones sobre la piel. No causa efectos secundarios ni reacciones alérgicas, pero sí disminuye molestias dolorosas.
Se estudia su uso en migraña y cánceres.
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