Terapias alternativas: Síndrome premenstrual (Dra. Margarita Madrid Guillen)

(Primera parte)

Trastorno que se presenta previo a la menstruación. Generalmente, las molestias surgen por alteraciones hormonales; en cada mujer es diferente. Hay quienes no presentan síntoma alguno, pero a otras las incapacita hasta para levantarse de la cama, debido a dolores intensos de mama, abdomen, región lumbar, extremidades inferiores y depresión. A esta situación se le llama Síndrome Disfórico Premenstrual e influyen para su presentación carácter, constitución y tendencias de cada persona.
Los problemas más comunes son nerviosismo, irritabilidad, ansiedad y cambios frecuentes de humor por el exceso de estrógenos y déficit relativo de progesterona. Puede haber retención de líquidos, palpitaciones y mal estado, en general, cambios que se producen en 2 terceras partes de mujeres con alteraciones menstruales.
Hay depresión en una de cada 3 ó 4 mujeres con el síndrome. El dolor de cabeza suele asociarse con aumento de apetito, palpitaciones y fatiga, debido a disminución de glucosa en la sangre que provoca deseos imperiosos de comer para aliviar el malestar y fatiga; al parecer, hay mayor gasto de insulina que baja la glucosa. Consumir más sal de lo normal agrava los síntomas. Este cuadro clínico aparece entre 2 a 3 días antes de la menstruación y, a veces, hasta 2 semanas antes.
Algunas mujeres aumentan hasta 2 kg de peso por la retención de líquidos en tobillos, mamas, cara, manos y cadera. El síndrome no es fácil de resolver, aunque existe una gama de tratamientos naturales que ayudan sin perjudicar y favorecen la salud, en general, de la mujer.

Consumir pasteles agrava el Síndrome premenstrual.

Estudios realizados en mujeres con alteraciones menstruales comprobaron que consumían más azúcar que quienes no las padecían y en mujeres con alteraciones de la regla llega a ser hasta del triple de la media de la población. Por ello, conviene reducirlo para no aumentar de peso y no tener sentimientos de culpa.
También debe reducirse el consumo de carne, porque es rica en grasa saturada y está adulterada con estrógenos animales, hormonas que tienen un efecto sobre la fisiología femenina. Si la mujer tiene ciertos niveles de estrógenos en la sangre y suma los de la carne, aumentará la sintomatología.