Nombre común de la dermatitis seborreica. Es de causa desconocida, muy común y, hasta cierto punto, natural y no grave. Se produce por un exceso de crecimiento de las células de descamación en el cuero cabelludo. La piel grasa se asocia, generalmente, con este trastorno. Hasta el 50 por ciento de la población occidental está afectada por este trastorno. Es un problema estético para muchas personas.
Los factores que suelen exacerbarla son tiempo frío, calor seco dentro de las viviendas, estrés físico y emocional, alergias alimentarias, deficiencias nutricionales, principalmente carencia de complejo vitamínico B y de ácidos grasos Omega 3, vaporizadores y geles para el cabello, productos químicos para colorear el cabello, uso de tubos eléctricos para el cabello y secadoras.
Los dermatólogos sugieren que puede ser una reacción de hipersensibilidad a la proliferación de Pityrosporum ovale, levadura que se encuentra, habitualmente, en el cuero cabelludo. Se diagnostica por la aparición de escamas blancas en el cabello, hombros, cuello y ropa. Las personas que además de caspa, presentan grasa en la cara, cejas y pestañas con manchas rojizas y gruesas en el cuerpo padecen dermatitis seborreica, problema que requiere tratamiento médico.
Terapia nutricional: identificar y evitar posibles alimentos alergénicos, limitar el consumo de leche y derivados, mariscos y alimentos grasos que exacerban la caspa, reducir o eliminar proteínas animales y aumentar el de cereales integrales, verduras frescas, legumbres y frutas, evitar cítricos hasta eliminar el problema, reducir el de alimentos muy ácidos, como tomates yalgunas especias, ingesta de vitaminas del complejo B, evitar exceso de sal, alcohol y azúcar, tomar una cucharada de aceite de lino diariamente pues contiene Omega 3, que es efectivo para tratar trastornos de la piel, como la caspa.
Para prevenirla y aliviarla utilizar aceite de ricino que también alivia la descamación y picor; realizar ejercicio físico para activar la circulación y eliminar grasas y aceites; terapias de relajación, como meditación y yoga, para acabar con el estrés; lavarse, periódicamente, el cabello, seguir una dieta saludable, aumentar la humedad dentro del hogar y evitar el uso de tubos eléctricos, vaporizadores, geles y teñido frecuente del cabello.
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