Bienvenidos a este blog donde se exponen los avances en materia de prevención de la salud, con énfasis en tratamientos naturales, aunque a veces, se abordarán también algunos aspectos de la medicina alópata.
lunes, junio 18, 2007
Terapias alternativas: Valeriana (Dra. Margarita Madrid Guillen)
Originaria de Europa y Asia, en medicina se emplean sus raíces estado fresco por su mayor mayor cantidad de componentes, entre otros, aceites volátiles, glucósidos, alcaloides, colina, taninos y resinas. Desde la antigüedad se ha utilizado como tranquilizante contra el insomnio.
Investigaciones demuestran que su uso correcto favorece y aumenta en muchas personas el sueño y reduce los despertares nocturnos. Actúa como calmante del dolor, es antiespasmódica, sedante y carminativa. Puede favorecer al tejido nervioso. Como tranquilizante natural reduce la ansiedad, tensión nerviosa e insomnio. Puede favorecer al tejido nervioso, al actuar sobre los nervios periféricos, relajando los músculos lisos y el músculo esquelético para reducir la tensión muscular y nerviosa. Refuerza el corazón y alivia los cólicos y espasmos menstruales y del estómago, el intestino irritable o colitis nerviosa y malestar gástrico, causado por el nerviosismo, así como la presión arterial.
Tiende a sedar a personas agitadas y estimular a las fatigadas produciendo un efecto de equilibrio del organismo. Por vía externa, se aplica una loción de valeriana para mejorar la irritación y erupciones cutáneas y tratar las articulaciones inflamadas. También se emplea en otras enfermedades, como la epilepsia, y aunque no pueden asegurarse resultados curativos, se utiliza con algunos efectos alentadores.
El sabor amargo y desagradable de la infusión se reduce añadiendo aceite de menta. Puede adquirirse sola o en combinación con pasiflora, tila, azahares, toronjil o tumbavaqueros. En el mercado se encuentra en infusión, tintura, cápsulas o tabletas que deben tomarse una hora antes de acostarse.
No debe ingerirse a altas dosis, por periodos prolongados o durante meses pues pueden hacerse tolerantes a sus efectos, provocar lesiones en el hígado y en el sistema nervioso central. Aumentar la dosis para conseguir los efectos deseados produce efectos secundarios, como dolores de cabeza, espasmos musculares, palpitaciones, vértigos, malestar gástrico, falta de sueño y confusión; su interrupción puede dar lugar a depresión.
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