El polen es la semilla masculina de las flores, un polvo que está en sus estambres. Las abejas lo recogen cuando se posan en ellas, añadiéndoles algunas enzimas nutritivas que ayudan a los antioxidantes a revertir los efectos de la radiación y contaminantes del medio ambiente. De forma comercial, se recolecta en vasijas, colocadas con dispositivos especiales en la entrada de los panales.
Es un excelente suplemento alimenticio, de los más antiguos que se conocen, que pasa al torrente sanguíneo a las 2 horas de su ingestión. Rico en vitaminas, especialmente del complejo B, contiene minerales, aminoácidos y enzimas. Está compuesto por 59 por ciento de carbohidratos, 35 de proteínas, 3 de minerales y vitaminas, 2 de ácidos grasos y 5 de otras sustancias; además de grandes porcentajes de antioxidantes, como betacarotenos, vitaminas C y E, licopeno, selenio y flavonides.
En fitoterapia, se le atribuyen propiedades curativas y nutricionales para reforzar el sistema inmunológico, control de peso, alivio de síntomas de alergias, mejoramiento de la fuerza muscular, desempeño sexual, aumento de vitalidad, disminución del proceso de envejecimiento y prolongación de la vida.
La mejoría en el sistema inmunitario se debe a los antioxidantes que desactivan los radicales libres del organismo, subproductos del oxígeno que puede lesionar las células y provocar enfermedades degenerativas, especialmente relacionadas con el envejecimiento. Los antioxidantes evitan más lesiones y revierten la oxidación celular presente.
Puede reducir los efectos de la radioterapia en mujeres con cáncer de mama, al aumentar el bienestar y disminuir las náuseas. Los atletas lo usan para mejorar su fuerza, rendimiento, energía y velocidad, ya que ayuda a los músculos a recuperarse rápidamente del ejercicio y a aumentar la estabilidad emocional.
Se vende en tiendas naturistas, mercados y tiendas de autoservicio en cápsulas de gelatina, comprimidos, granulados, en forma líquida, cremas, bálsamos y tintura, sobre todo para uso externo en úlceras y moretones. La dosis recomendada es de 1/4 de cucharada de gránulos al día, inicialmente; después se aumenta, gradualmente, durante 1 mes hasta 1 a 2 cucharadas al día para los adultos y la mitad para los niños.
El polen de algunas plantas puede causar o agudizar alergias, como rinitis alérgicas. Personas alérgicas a la picadura de abeja no deben tomarlo por el riesgo de desencadenar reacciones graves. Para saber si es o no alérgica a su uso se toman algunos gránulos que se disuelven en la boca y esperar los resultados. Ocasionalmente, pude provocar irritación estomacal y diarrea como efectos secundarios. No debe calentarse, ya que pierde todas sus propiedades.
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