lunes, enero 21, 2008

Terapias alternativas: Enfermedad hemorroidal (Dra. Margarita Madrid Guillen)



Se llama, comúnmente, hemorroides o almorranas. Son cojines de tejido que revisten la parte inferior del recto y ayudan a cerrar por completo el canal anal. Pueden ser externas o internas. Dado que se encuentran, anatómicamente, en adultos y niños, no deben considerarse anormales.

Cuando se inflaman y congestionan producen hemorragias, protrusión (venas visibles fuera del ano), dolor y comezón. El sangrado se atribuye a hemorroides, al descartar otros trastornos graves. La hemorragia se produce después de la defecación y el papel higiénico lo evidencia; rara vez producen anemia. Tanto las internas como las externas pueden salir a través del ano y regresarse manualmente. El dolor intenso se presenta cuando se ulceran o trombosan. Una hemorroides trombosada está protruida, aunque no haya dolor o éste sea intenso e incapacitante. Las estranguladas, inflamadas y ulceradas pueden causar dolor intenso, presentar secreción mucosa, sensación de evacuación incompleta y dificultad para la limpieza anal.

El diagnóstico se establece fácilmente con la inspección de recto. La exploración, después del esfuerzo de la evacuación, revelará, a menudo, la extensión de la patología. La anoscopía es esencial para valorar las que no son dolorosas.

En el tratamiento, corregir el estreñimiento y esfuerzo de defecación, con reblandecedores fecales, a través de laxantes, puede ser muy efectivo. Las sangrantes, después de descartar otras causas, pueden tratarse con escleroterapia. La hemorragia debe ceder, al menos, temporalmente. Cuando son muy grandes o no ceden a la escleroterapia, se tratan ligándolas con bandas elásticas de goma que se colocan alrededor del cojín hemorroidal, estrangulándolo, causando su muerte y desprendimiento. Es poco frecuente su eliminación de forma quirúrgica.

Las hemorroides dolorosas por trombosis pueden tratarse con baños de asiento templados, pomadas anestésicas o compresas de remedios caseros. Es muy útil realizar baños tibios de asiento con árnica, caléndula y manzanilla, durante 20 minutos, 2 ó 3 veces al día. Localmente, puede colocarse cataplasma de pulpa de sábila o miel de abeja, previo aseo y después de las defecaciones. Se sugiere ingerir abundantes frutas y verduras crudas que aporten fibra para reblandecer las heces y eliminarlas sin esfuerzo; tomar de 2 a 3 litros de agua, al día, y no retrasar la defecación por ningún motivo.

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