La pirosis es un problema digestivo, un dolor ardiente en el pecho que llega a la garganta. Puede ser sólo incómodo o tan grave que algunas personas piensan que tienen un ataque cardiaco. La causa el reflujo, cuando pequeñas cantidades de ácido del estómago regresan al esófago (conducto que une a la boca con el estómago) y la esofagitis, inflamación del esófago, cuando el ácido del estómago quema a su tejido, causando inflamación y dolor.
Una válvula muscular en la base del esófago mantiene el ácido en el estómago. Cuando no funciona bien, el reflujo y la pirosis se presentan. Padecerla, ocasionalmente, al igual que la regurgitación, es normal, pero si es persistente puede ser síntoma de algo más serio. La pirosis se agrava por fumar, tomar alcohol, alimentos y bebidas calientes, comidas grasosas y condimentadas, sobrepeso, permanecer flexionado, usar ropa ajustada y por embarazo.
Puede ser síntoma de esofagitis por reflujo, cuando el ácido estomacal regresa al esófago y causa inflamación y dolor; hernia hiatal, si una pequeña parte del estómago se regresa, pasa por el orificio del diafragma y provoca reflujo; por presencia de úlceras estomacales y por alteraciones de la vesícula biliar.
La pirosis puede evitarse si deja de fumar, pierde peso, cambia hábitos alimenticios, no consume alcohol, café, ni chocolate; evita comidas grasosas, fritas o muy condimentadas; deja de comer muy noche o antes de acostarse; si come sentado, mantenerse en postura recta y evite flexionarse constantemente, al estar en esa postura, agáchese doblando las rodillas y mantenga la espalda recta; evite ropa ajustada, principalmente en la cintura; al dormir levante la cabeza de la cama ligeramente unos 20 a 30 cm, y evite hacerlo del lado izquierdo.
En el embarazo este síntoma es común. La embarazada debe comer en forma moderada y mantenerse dentro del peso correcto. Evitar, en lo posible, todos los alimentos que causan acidez y no comer por dos, sino para dos.
El tratamiento para quienes la sufren ocasionalmente son tabletas o geles antiácidos que pueden ser efectivos y quienes los toman regularmente, en grandes cantidades o por tiempo prolongado y sin alivio, deben consultar al médico. Cambios en el estilo de vida pueden ser efectivos. Algunos medicamentos son más eficaces y pueden ser utilizados de manera segura, regulan la producción de ácido en el estómago y reducen la inflamación en el esófago lo que permite cicatrizar y aliviar los síntomas que evitan daños graves. Poca veces se requiere cirugía. El cuachalalate, la cancerina y el árnica son excelentes plantas medicinales para tratarla, así como jugos alcalinizantes que contengan zanahoria, apio, perejil, papa cruda y hojas de col.
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