Aproximadamente, 75% de las consultas por síntomas en el tubo digestivo alto se deben al reflujo, señala Isabel Rucker, internista egresada del Hospital de Especialidades de La Raza. Los gastroenterólogos indican que el reflujo afecta, por lo menos, una vez al mes al 40% de los adultos en México; otro 20% la presenta una vez a la semana, y 7% de manera diaria.
Es una alteración digestiva que afecta al esfínter inferior del esófago, especie de válvula que se abre y cierra para permitir que el alimento pase al estómago. Al afectarse o debilitarse, el alimento y los ácidos estomacales suben al esófago con una frecuencia de 2 o más veces a la semana provocando irritaciones y quemaduras. Si no atiende a tiempo pueden desarrollar mayores complicaciones. Se estima que cerca del 1.5% de los pacientes con reflujo pueden presentar cáncer de esófago, en algún momento de su vida.
El problema afecta al esófago y puede dejar una sensación de quemadura en faringe y garganta con inflamación, flemas constantes, tos crónica, ronquera, cambio de voz, ahogo y falta de aire, entre otras molestias. Los síntomas son sensación que los alimentos regresan hasta la garganta; dolor y/o ardor en el esófago; intensificación al agacharse o acostarse e interrupción del descanso nocturno por la sensación de ahogo. Al presentarse estos síntomas debe acudirse al médico y evitar excesos alimenticios, fumar y estrés.
Para prevenirlo se recomienda modificar la alimentación y estilo de vida, evitar tabaco, alcohol, chile, cítricos, cafeína y alimentos grasos; dejar pasar, por lo menos, dos horas antes de acostarse tras haber ingerido alimentos; levantar la cabeza 20 cm. de la cama y tomar un medicamento que alivie el problema.
Fuente: Departamento de Comunicación y Contenido, TodoEnSalud.org
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