Como parte importante de la terapia, se recomienda reposar después de tomar cualquiera de los baños mencionados.
En todos ellos pueden emplearse sustancias medicamentosas, resinas o esencias aromáticas, que los hacen más agradables y proporcionan mejoría a determinadas dolencias.
Los procedimientos usados por grupos indígenas son básicamente dos. El primero, es un tipo de baño seco por cercanía al fuego en un lugar cerrado para provocar aumento en la sudoración del paciente; el segundo, se realiza con la producción de vapor de agua, casi siempre al rociar con ella piedras previamente calentadas al fuego. En algunos casos se menciona la combinación de ambos.
El primero es común entre tzeltales de Amatenango, Chiapas, quienes lo llaman levantamiento sobre el fuego, y entre tarahumaras, que lo conocen como baño de sudor. El segundo existe en casi todo el territorio nacional, aunque con diversas modalidades y finalidades. Se le conoce como torito o baño de temascal y ambos tienen una función terapéutica.
Como en muchas otras culturas, entre los pueblos indígenas de México, el baño es visto como elemento purificador. Así, al bautizo se le llama también baño ceremonial y, en algunos lugares, se da al recién nacido un baño simbólico para alejarlo de la enfermedad y los malos espíritus.
El temascal o baño indígena tradicional es, desde la época prehispánica, el medio para que la puérpera y el enfermo renazcan y sean purificados.
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