Es una alteración temporal, manifestada por dolor en el abdomen o en el tórax (pecho), gases intestinales, regurgitación (regreso de alimento, parcialmente digerido, del estómago a la boca), entre otros síntomas.
Las causas son comer a gran prisa sin ensalivar en forma adecuada los alimentos, comer más de lo que demanda el estómago, consumir productos grasosos, fumar, excederse en café, bebidas alcohólicas o en condimentos y estrés que produce espasmos del músculo liso y empeora las molestias digestivas.
Puede ser síntoma de cáncer de estómago, aunque esto no es común en menores de 40 años. Padecer hernias de abdomen, cálculos biliares, obesidad o úlceras del tracto gastrointestinal predispone a sufrir la indigestión.
Cuando es ocasional, puede mejorarse con infusiones calientes de menta, manzanilla, hinojo, toronjil, canela, anís o hierbabuena, si tiene más de un mes o es crónica debe visitarse al médico. Los naturistas prescriben diente de león, jengibre, maravilla, tomillo u otras plantas medicinales.
En acupuntura, el tratamiento consiste en estimular algunos meridianos como vejiga, bazo, estómago y vaso gobernador. También se usa la digitopresión, es decir, sin utilizar agujas insertadas en la piel.
Se recomienda ayunar 24 horas, sólo bebiendo agua o jugos naturales de manzana o zanahoria o infusiones herbales; colocar compresas húmedas frías en todo el abdomen, cambiándolas cada 15 minutos por unas 4 horas; cataplasmas de barro en ese mismo sitio y, si hay dolor, tipo cólico, las compresas deben ser calientes y cambiarse continuamente.
Si la molestia es recurrente y ocurre después de los 40 años de edad, hay pérdida de peso o dolor frecuente e intenso deben realizarse estudios de laboratorio para descartar algún tumor del tubo digestivo. Cuando el tratamiento es farmacéutico se recurre a analgésicos, antiespasmódicos, antiácidos, etc.
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