De la tradición ancestral

Inflamación

Es el aumento de volumen de cualquier parte del cuerpo, según el Diccionario de Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM. Sus causas varían en los diferentes lugares del país: arco iris, constante contacto con el agua (frecuente en lavanderas y adultos que durante su niñez jugaban con agua), lluvias o calor excesivo, en el Distrito Federal; exceso de trabajo y ventearse ("que le pegue a uno el aire frío"), en el Estado de México, y golpes, infección o "paperón", en Tabasco.

A veces, hay dolor, calor y enrojecimiento local. Si afecta a pies o piernas por exceso de trabajo o por estar mucho tiempo parado se trata con baños locales. En Cuernavaca, Morelos, agregan cáscaras de tomate (Physalis sp), ceniza y sal al agua tibia donde se remojan los pies para después frotarse con alcohol y vinagre.

En inflamaciones locales, causadas por golpes, se usan emplastos de plantas regionales. En Misantla, Veracruz, utilizan cilantro cimarrón (Eryngium foetidum); en Aguascalientes, hierba del sapo (Eryngium heterophyllum), y en Tabasco, llantén (Plantago sp), belladona (Atropa belladonna) o guayaba (Psidium guajava), que se aplican en la zona afectada y se cambian 2 ó 3 veces al día.

También se recomienda ingerir preparados medicinales, como jarabe de calaguala, aguacate (Persea americana), miel de monte y té de nopal (Opuntia sp), en Tabasco, o macerado de romero (Rosmarinus officinalis) en vino de consagrar, en los Altos de Chiapas.

En la medicina tradicional la inflamación se entiende como signo o síntoma presente en diversas enfermedades y no como padecimiento en sí mismo. En la medicina académica se considera una reacción patológica a irritantes de toda clase que abarca fenómenos circulatorios locales, nerviosos y nutricionales. Puede afectar cualquier tejido u órgano del cuerpo, dando lugar a denominaciones como otitis, dermatitis, etc., que tienen muy variadas etiologías.