Revelan cómo células viejas crean las nuevas
Investigadores del Departamento de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Gotembrugo, Suecia, descubrieron la forma cómo las células madre viejas y deterioradas son capaces de dar lugar a células hijas nuevas y sanas, proceso enigmático para la ciencia hasta ahora.
La investigación, publicado en la revista Cell, señala que estos resultados revelan que las células de levadura se valen de un mecanismo similar a una cinta transportadora para traspasar proteínas dañadas a las células madre antes de dividirse y dar lugar a nuevas, durante la mitosis.
«Así la célula hija nace exenta de daños relacionados con la edad», explicó el director de la investigación, Thomas Nyström. Su equipo científico ya ha publicado numerosos estudios sobre el envejecimiento celular, pero este nuevo trabajo se centra en la pieza clave del rompecabezas.
Según este trabajo las células hijas emplean estructuras similares a cintas transportadoras para traspasar las proteínas dañadas a sus células madre para que las nuevas «nazcan» jóvenes y sanas. «Antes se pensaba que estas estructuras posibilitaban el tráfico en un único sentido de proteínas y orgánulos de células madre a hijas», dijo Nyström. «Ahora hemos demostrado que también se transportan proteínas deterioradas en dirección contraria.
En principio significa que la célula hija utiliza a la madre como vertedero de toda la basura resultante del proceso de envejecimiento, lo cual permite que la nueva célula nazca sin daños relacionados con la edad».
Se trata de un proceso de transporte mecánico basado en unas estructuras denominadas cables de actina que funcionan como cintas transportadoras. Para que estos cables se formen adecuadamente se necesita un gen específico, llamado SIR2, que, al modificarlo, puede prolongar considerablemente la vida de un organismo. «Si aumenta su actividad, se prolonga la vida; si SIR2 está dañado, se acelera el envejecimiento», señaló Nyström. «Se ha demostrado en estudios sobre levadura, gusanos, moscas y peces y podría cumplirse en los mamíferos».
El descubrimiento de este sistema de transporte conduciría, a largo plazo, a tratamientos contra enfermedades humanas relacionadas con la edad y causadas por la toxicidad de proteínas, pero aún es pronto para aventurar el cómo. «El primer paso consiste en estudiar si este transporte de proteínas dañadas se produce también en las células de mamíferos, donde se engloban los humanos».
La investigación forma parte de los proyectos de fondos comunitarios Mimage, financiado con 7.4 millones de euros, y Proteomage, al que se adjudicaron 10.7 millones de euros por medio del área temática «Ciencias de la vida, genómica y biotecnología aplicadas a la salud» del Sexto Programa Marco.
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