lunes, abril 05, 2010

De la tradición mexicana

Quemaduras en la piel

Son lesiones leves o agudas en la piel, debido a accidentes comunes en el hogar o trabajo, producidas por factores diversos, como agua hirviendo, aceite, manteca caliente, fuego o plaguicidas. Las leves se caracterizan por enrojecimiento cutáneo, ardor y aparición de ámpulas; las agudas implican pérdida cutánea. Los nahuas de Milpa Alta, DF., agregan la acción punitiva de un santo ofendido, según el Diccionario de Medicina Tradicional de México de la UNAM.

Este grupo étnico las considera de calidad caliente. Para tratar lesiones leves, utiliza remedios fríos (jugo de limón (Citrus sp.); frescos, (vinagre o mantequilla), calientes, (sal y manteca) y templados (un poco de tinta mezclada con petate quemado y molido). Usan también Picrato, Sulfathiazol o Vitacilina.

En Tabasco, para refrescar, controlar el dolor y evitar el desprendimiento de la piel aplican, de inmediato, hojas de plátano (Musa sp.), jugo de hojas de belladona (Nicandra physaloides); cataplasma de hojas de camote (?), hojas tiernas de cacao (Theobroma sp.) y de ceiba (Ceiba sp.), estas últimas, muy efectivas para las quemaduras por el sol. En Plan de las Vegas, Veracruz, utilizan emplastos, hechos con cebollina (Allium neapolitanum), molida y cocida, con aceite rosado.

Los nahuas de Milpa Alta aplican emplastos, elaborados con caliza, excremento de conejo, aceite rosado y vinagre que aplican con plumas de guajolote o gallina negra para curar, cicatrizar y extraer el calor del cuerpo.

El tepescohuite (Mimosa tenuiflora) se usa desde la época prehispánica, en forma externa, contra quemaduras y es, popularmente, muy eficaz, pero hay gran controversia entre la sociedad médica por carecer de pruebas que demuestren su potencial regenerativo epitelial y por antecedentes de un estudio de 1944, que asienta que el ácido tánico, presente en la corteza, provoca lesión hepática que puede causar la muerte del paciente, aunque no hay investigación, al respecto.

En la actualidad, se ha extendido su uso por la publicidad y la carencia de controles sanitarios del producto, pero se ignora su mecanismo activo y las alteraciones patológicas que pudiera provocar.

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