martes, noviembre 22, 2011

De la tradición nacional


Siempre viva

La siempre viva (Sedum praealtum A.DC.) es una planta erecta de l m de altura, muy ramificada. Las hojas son carnosas, color verde y con forma de espátula. Sus flores tienen pétalos color amarillo brillante, parecen estrellas. Los frutos son pequeños y las semillas redondas.

Originaria de México, crece en clima templado entre 2,400 y 2,700 msnm en suelo pedregoso y húmedo, asociada a vegetación perturbada de matorral xerófilo, en ladera de cerro y bosques de encino y de pino.

Es útil para curar postemillas, uso registrado en algunos estados del centro del país, como Hidalgo, Puebla y Tlaxcala. Se le emplea en padecimientos de la boca, como dolor de muelas o dientes, para amacizar y blanquearlos, curar la "boca cocida" y piorrea, según la medicina tradicional, cuyo carácter es sólo cultural.

Como remedio para eliminar las postemillas, a la hoja de la siempre viva se le desprende la epidermis y se coloca en la parte afectada o se mastican las hojas mezcladas con magueycito de piedra (Echeveria secunda) y con el jugo obtenido se enjuaga la boca. También se usa sobre ojos irritados, para curar la vista, cuando hay carnosidad, para aclarar los ojos y contra las nubes oculares. Para tratar estos dos últimos casos, la hoja se exprime directamente sobre ellos.

Para desinflamar las anginas, las hojas molidas se remojan en vinagre caliente y se hacen gárgaras, dos o tres veces al día, al igual que con el cocimiento de las hojas, el cual se puede tomar a manera de té. Cuando hay calentura se bebe la cocción de las flores. Se aconseja su uso, sin referir cómo, para aletargar el dolor de oídos y de cabeza; en quemaduras, para cauterizar heridas y contra mal de ojo.

De la variedad Sedum praealtum subs. parvifolium no se hay antecedentes históricos de uso medicinal ni información experimental, pero presenta diversas aplicaciones que, al parecer, la involucran para tratar procesos de tipo infeccioso.

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