martes, marzo 27, 2012

Salud entre los indígenas


Hético

Enfermedad infantil caracterizada, fundamentalmente, por abultamiento del vientre, delgadez, debilidad y falta de apetito, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.

La creencia popular adjudica diversas causas al origen del padecimiento, en especial a la exposición a elementos de calidad fría o por experimentar un susto. Los nahuas del Distrito Federal la identifican como enfermedad fría, originada por sentarse en pisos fríos; otomíes y mazahuas del Estado de México, a ingerir abundantes alimentos y bebidas frías, al igual que los purépechas de Michoacán.

Otra causa se deriva de la relación maternoinfantil, motivada por el sentimiento que el niño resiente al llegar un nuevo hermanito. Los mazahuas vinculan al niño hético con el estado de chipilez, pues son propensos a padecerla los lactantes cuya madre tiene un nuevo embarazo. Entre los purépechas, hético y chípil son sinónimos y en localidades de Coahuila, se relaciona con el destete abrupto, sin ofrecer al infante otro alimento.

Vientre abultado, delgadez, debilidad y falta de apetito son manifestaciones habituales del niño hético; además de fiebre, diarrea, descamación, adelgazamiento de la piel, hinchazón de cara, pies y manos, antojos de carne, chile, sal, azúcar, agua, tierra y comerse la uñas.

Los tratamientos se enfocan a reforzar la dieta del infante. Se recomienda carne de animales como tortuga, ajolote, rana, iguana, tlacuache y guajolote. Otras terapias son masajes con sangre de tortuga, ingestión de tés calientes y lavados intestinales con ciertas plantas.

Con base en la sintomatología, se puede suponer que el estado del hético se asocia a un cuadro de desnutrición que la población reconoce al reforzar la dieta cotidiana, aumentando sustancialmente la cuota proteica.

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