Salud entre los indígenas

Calambres

Los calambres son dolores temporales que se presentan de repente en las extremidades y suelen acompañarse de una sensación de engarrotamiento y hormigueo, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.

En Chiapas, reconocen como causas al aire y malos sueños enviados por fuerzas malévolas. En Morelos, las parteras refieren que son un malestar frecuente en la mujer en los últimos meses del embarazo, originado por ingerir sal en exceso, padecer nerviosismo o una deficiencia de calcio. Los purépechas de Michoacán, los asocian a cambios bruscos de temperatura: salir al aire cuando se está caliente o quitarse los zapatos después de caminar mucho, lo que provoca que el frío suba y quede atrapado en los músculos, provocando el malestar.

El tratamiento consiste en calentar la región adolorida mediante sobadas y aplicación de emplastos. En Baja California, colocan sobre la parte afectada una cataplasma muy caliente preparada con ruda (Ruta chalepensis), albahaca (Ocimum basilicum), artemisa (Ambrosia artemisiifolia), romero (Rosmarinus officinalis) y yerbabuena (Mentha spp.), fritos en sebo de riñonada.

Los veracruzanos de La Capilla, frotan chichicastle (Urtica chamaedryoides) sobre los músculos contraídos; en Papantla, usan fomentos de epazote (Teloxys spp.) o baños con agua de romero. En Chiapas, friccionan la parte dolorida con hojas de chijilté (Sambucus mexicana) calientes. Los morelenses soban con alcohol la región afectada con movimientos ascendentes y, como prevención, recomiendan a la embarazada beber mucha agua, no tomar sal en demasía e ingerir suplementos de calcio y un licuado de leche con huevo, incluyendo la cáscara.