martes, junio 19, 2012

Salud entre los indígenas


Tratamiento otomí del histérico

Con el término de histérico, en la medicina otomí se designa a un padecimiento provocado por dejar de comer a sus horas, padecer una gran pena, bilis, coraje o por sufrir un susto considerable, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.

Los síntomas se manifiestan principalmente en el aparato digestivo, con boca amarga y sentir que se va el aliento; pérdida completa del apetito y como "las tripas están vacías, se le llenan de aire", lo que produce intenso dolor en el estómago; no tiene fuerzas, se siente desguanzado, sus ojos están muy tristes, tiene la vista empañada, pero el signo característico y para el diagnóstico es la aparición de un brinco en la boca del estómago, latido que siente el terapeuta al momento de hacer la revisión del abdomen del enfermo.

Para curarlo aplican ventosas en el vientre, que se preparan poniendo unas hojitas de altamisa dentro del vaso al momento de colocarlo sobre la piel del enfermo y luego se le pone en la región estomacal un emplasto de pan remojado en vinagre y mezclado con hierba de San Nicolás y después se faja al paciente.

Algunos soban todo el abdomen antes de poner las ventosas; otros prefieren darle una bebida de sauco, que cortan tierno y lo ponen a sudar en un traste limpio; se le agrega mezcal, se tapa y se deja un tiempo; después se escurre el mezcal y del jarabe que resultó se toma una copita por la mañana y otra por la noche. Estos tratamientos, poco a poco, cortan la enfermedad, aseguran.

Para prevenirlo, se aconseja comer a sus horas y tomar té de pericón. Las mujeres adultas son las más afectadas por este mal.

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