Bienvenidos a este blog donde se exponen los avances en materia de prevención de la salud, con énfasis en tratamientos naturales, aunque a veces, se abordarán también algunos aspectos de la medicina alópata.
lunes, agosto 27, 2012
Salud entre los indígenas
Latido
El latido es una palpitación en la boca del estómago o a la altura del ombligo, cuya causa se debe, generalmente, a problemas en la alimentación, según la medicina tradicional de México, cuyo carácter es sólo cultural.
La cantidad, horario y calidad de las comidas son factores que originan este problema, pero hay otros de tipo regional. Los yaquis de Sonora lo atribuyen a los sustos. En el Estado de México, se reportan como causas, hacer un coraje, levantar objetos pesados y el mal cuidado de un parto. En Cuajinicuilapa, Guerrero, y los mayas de Yucatán, lo atribuyen a un aire. Los purépechas de Michoacán y en la sierra norte de Puebla señalan que puede producirse por el consumo excesivo de alcohol, como parte de la cruda y los huicholes dicen que es una deuda adquirida con Tatevarí, el abuelo fuego, quien envía la enfermedad como castigo.
El diagnóstico se da por la presencia del latido en el abdomen a la altura del ombligo o boca del estómago. Con frecuencia hay inapetencia, dolor de estómago, endurecimiento del vientre, adelgazamiento, debilidad, vómito, diarrea, dolor de cabeza y, ocasionalmente, temblores, sudor frío, febrícula o fiebre.
Para su tratamiento se recurre a contrarrestar la deficiencia nutricional, aplicando un emplasto elaborado con diversos alimentos, aceites y plantas medicinales que se colocan directamente en la región donde se presenta el latido para que los nutrientes del emplasto sean absorbidos a través de la piel.
En Chiapas, se prepara una mezcla con ruda (Ruta sp.), hierbabuena (Mentha sp.), pan de semita, huevo y ceniza, hasta formar una pasta con la que se elabora una especie de torta a la que se agrega alcohol o agua sedativa y se aplica directamente sobre el ombligo por 12 horas. En Hueyapan, Morelos, se aplican emplastos para absorber la enfermedad; una vez puestos se espera a que se echen a perder, lo que significa que la medicina ha recogido la enfermedad.
Los masajes forman parte del tratamiento. En Atoyac de Álvarez, Guerrero, el curandero prepara una mezcla con Vick VapoRub y aceite rosado con la que masajea al enfermo de las extremidades al tronco, a nivel del estómago; luego hacia el ombligo hasta que el pulso se siente fuerte, como si lo colocara en su lugar.
También se prescribe la ingestión de tisanas, elaboradas con plantas de actividad antidiarreica y antiparasitaria. En Tepepan, DF, se recomienda tomar un té de ruda (Ruta sp.) por las mañanas durante una semana, acompañando el tratamiento con masajes. En Cuajinicuilapa, se aconseja ingerir una copa de ajenjo (Artemisia absinthium) para abrir el estómago y sacar el viento. Los mayas usan un pulverizado con diversas especies, como epazote (Teloxys ambrosioides), jengibre (Zingiber officinale), guaco (Aristolochia sp.), toronjil (Agastache mexicana), etc., disueltas en una taza de agua caliente y lo toman tibio por la noche.
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