Diferentes factores pueden desencadenar enfermedades, como la herencia, falta de actividad física, sedentarismo, condiciones sociales o mala alimentación. Si tu alimentación es buena y haces actividad física, aunque tengas riesgo hereditario puedes luchar contra él y evitar enfermedades.
Para una dieta saludable, aumenta:
- Frutas y verduras: Aportan vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para tener energía.
- Grasas poliinsaturadas omega 3, 6 y 9 ( grasa buena): Pescado, aguacate, aceite de olivo, soya, almendras y nueces que evitan enfermedades cardiovasculares.
- Fibra: Cereales integrales, granos y semillas. La fibra es importante para evitar estreñimiento y tener buena digestión.
- Ejercicio: acelera tu metabolismo y quema la grasa que consumes, además de la que tienes en reserva.
- Toma agua: hidrata tu piel y limpia el organismo liberando toxinas con el sudor y la orina.
Disminuye: Gasas saturadas: Carne roja y con alto porcentaje de grasa, yema de huevo, mantequilla, manteca, aderezos y quesos grasos.
- Bollería y pan dulce: Pasteles, galletas y cereales industrializados, ya que una muy pequeña porción contiene mayor o igual cantidad de calorías y grasa que un desayuno completo.
- Azúcar refinado: Azúcar de mesa, caramelos, dulces tradicionales, chocolates, etc. Esto sólo dispara la glucosa en sangre y no te sacia, además de volverse grasa acumulada en partes difíciles de bajar.
- Alcohol: Evita las calorías que no aportan ningún nutriente. 50ml equivalen alrededor de 150kcal.
Fuente: Sistema CQH
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