Salud entre los pueblos indígenas

Formas de curar la anemia

La anemia es un estado de debilidad en el que se ven afectados volumen y  calidad de la sangre. Sus principales síntomas son: palidez, mareos, adelgazamiento, cansancio, fatiga, dolor de cabeza y emblanquecimiento de uñas, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural. Además, se relaciona con otros estados morbosos.

En Zapotitlán de Méndez, Puebla, se asegura que las mujeres anémicas no logran embarazarse porque su sangre es escasa, están muy débiles y hay que vitaminarlas; si están embarazadas pueden abortar, pues en estas condiciones el cuerpo rechaza al feto; los hombres pueden sufrir esterilidad por ese padecimiento, ya que el semen pierde su fuerza.

Los tratamientos utilizados se encaminan a fortalecer la sangre, mediante una dieta para que el individuo recobre volumen y espesura normal del líquido.

Se recomienda consumir alimentos ricos en hierro y proteínas, como la carne y sangre de algunos animales; legumbres y vegetales verdes (berros, espinacas, verdolagas, quelites y apio).

También se sugiere tomar pulque e infusiones preparadas con zarzaparrilla (Smilax spp.) o muicle (Jacobinía spicigera) para fortificar y purificar la sangre.

La anemia suele manejarse como sinónimo de debilidad, en especial cuando se presenta como secuela de padecimientos graves y duraderos que incluyen los originados por alteraciones en la cantidad y espesor sanguínea.

De hecho, algunas enfermedades reconocidas por la medicina tradicional, que comprenden dentro de su descripción un debilitamiento extremo, parecen constituir cuadros específicos de anemia como resultado de determinado proceso patológico o de severa deficiencia nutricional, como son los casos de tuberculosis, tiricia, hético, enfermo de pale, latido o hinchazón blanca.