Acupuntura.- La aplicación de agujas delgadas en diversas partes del cuerpo ejercen un buen efecto para contrarrestar el dolor. Actúa sobre vías nerviosas y energéticas. Inhibe la sensación de dolor y provoca la secreción de sustancias analgésicas como endorfinas y morfinas que el cerebro segrega y que reducen, notablemente, el dolor. La condición indispensable es que la apliquen médicos profesionales. Para dolores menores puede recurrirse a la digitopresión. Dolores de muelas, migraña, fibromialgia, cólicos intestinales, articulares y del sistema musculoesquelético responden favorablemente a la acupuntura.
Hidroterapia.- Tan sencillo como el uso adecuado del agua sola o con sal, para aliviar dolores musculares o articulares reduciendo, además, la inflamación. Sólo se llena una palangana con agua caliente y varias cucharadas de sal bien disuelta y se coloca ahí la región dolorida. Si la zona a tratar no puede meterse a la tina, deberá empaparse un lienzo grueso y se aplicará donde hay dolor. En caso de que éste sea interno, como el menstrual, se coloca una bolsa llena de agua caliente sobre el abdomen bajo durante 30 minutos o una hora. Se puede repetir las veces que sean necesarias hasta obtener la mejoría deseada. No se recomienda usar este tratamiento a personas hipertensas, con enfermedad cardíaca o que tengan restricción con la ingesta de sal.
Fomentos y cataplasmas.- Las cataplasmas de barro, arcilla o papa se emplean para fines analgésicos. Sólo basta con agregar agua muy caliente hasta formar una pasta en un paño grueso que se coloca en la zona a tratar hasta que esté fría. La papa cocida, hecha puré y bien caliente, se coloca en un lienzo grueso de lana o franela para conservar por más tiempo el calor y se pone en el sitio del dolor. Los fomentos calientes se colocan cuantas veces se desee hasta sentir alivio.
Masoterapia.- Se le llama así al masaje, que consiste en tocar la piel o aplicar presión controlada directamente sobre la zona dolorida. Puede hacerse con alguna crema, pomada o aceite esencial de romero, árnica o alcanfor con lo cual se calienta la región, se remueven las toxinas acumuladas y se libera la tensión de ligamentos, músculos o tendones.
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