El originalmente pequeño fruto del tomate (nombre comercial a nivel mundial) o jitomate no fue aceptado en muchos países occidentales sino hasta 1835, debido a su similitud con la letal belladona y otros frutos venenosos de las solanáceas. Cuando los italianos redescubrieron el fruto, rápidamente se convirtió en elemento básico de la dieta mediterránea. Hoy se cultiva en México, gracias a la experiencia y aportación de descendientes de productores italianos y griegos que emigraron a nuestro país. Por lo que toca a sus propiedades, contiene vitaminas A, C, B1, B2 y B6, además de niacina y potasio, así como caratenoides, como el licopeno, compuestos que se ha determinado son importantes para la salud humana, y que con el betacaroteno, son básicos para el cuerpo humano. La ciencia moderna ha relacionado los altos niveles de licopeno del tomate con la prevención de muchas enfermedades, como cáncer, arterioesclerosis y depresión de la inmunidad. Así que hay que consumir jitomates frescos servidos en ensalada; en pulpa, cocinados en salsa o en pastas.
Fuente: Sagarpa/México Calidad Suprema
No hay comentarios.:
Publicar un comentario