Se desconocen las causas que producen fobias, aunque se sugiere una interacción compleja entre factores hereditarios y ambientales. Algunos pacientes hipersensibles con alteraciones bioquímicas en el cerebro o con reacciones químicas únicas que responden más fuerte al estrés, sensibilidad a la cafeína, herencia, sucesos estresantes que originan una fobia específica y predisposición o un evento aislado son algunas de ellas.
La fobia social sucede asociarse a trastornos de ansiedad, depresión o abuso de sustancias. Aparece generalmente en la infancia y adolescencia por algún contratiempo o experiencia vergonzosa, como ser un niño rechazado, poseer pocas habilidades sociales, baja autoestima, personalidad no afectiva y sentimiento de inferioridad. Quien padece agorafobia puede tener breves ataques de pánico sin motivo y, al recordar el evento, le aterroriza la posibilidad de otro ataque por lo que evita lugares donde podría repetirse. Los síntomas más comunes son sensación de catástrofe inminente, latidos cardiacos acelerados, respiración rápida, sudoración profusa en palmas de las manos, temblor fino, mareos, sensación de debilitamiento de piernas y otras.
Hay fobias que no requieren tratamiento; pero, favorecen cambios en el estilo de vida, como eliminar la cafeína, disminuir el consumo de alcohol, hacer dieta correcta y balanceada, practicar actividad física y reducir el estrés. La meditación beneficia a personas con fobias y trastornos de pánico, la hidroterapia, masaje y aromaterapia son útiles contra la ansiedad, ejercicios de respiración eliminan la tensión muscular; yoga, aikido, taichi y danza ayudan a enfrentar la tensión física y emocional.
Existe plantas medicinales para tratar la ansiedad, relacionada con fobias, como el ginseng, moduladores suprarrenales (regaliz y borraja), el estrés (pasiflora y la valeriana). Las Flores de Bach, aunadas con otras disciplinas, se indican para tratar fobias no extremas, con resultados asombrosos. Se recomienda orientación emocional, encontrar la causa exacta si la hay; ayuda psicoterapéutica y, si es necesario, la de tipo psiquiátrico. No existe una forma de evitar la presencia de fobias, pero sí para prevenir la recurrencia de síntomas o a aminorar su gravedad.
Flores de Bach, muy recomendables para tratar fobias simples.
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