Especialistas en salud libran una batalla contra el envejecimiento prematuro del ser humano para lograr ubicarlo en los 110 a 120 años de edad, en promedio, que es lo que marca el reloj biológico de la humanidad.
La lucha se da en todos los órdenes de la vida y en ella intervienen gerontólogos, médicos especializados, biólogos y genetistas e impulsores de la belleza física, quienes afirman que “ya no se trata de llegar a los 110-120 años para los cuales parece programado nuestro reloj biológico, sino de vivir la segunda parte de la vida hermosamente, como ancianos jóvenes, sin los problemas de la debilidad y achaques de la vejez”.
Indican que en la última década, descubrimientos y comprobaciones científicas consolidados proporcionan datos ciertos que, para muchos, tendrían que ser normas de vida como limitar los productos que dañan la salud (humo, alcohol, etc.), defenderse del estrés psicosomático, prevenir enfermedades, protegerse de los radicales libres y controlar los padecimientos crónico-degenerativos.
Actualmente, dicen, se sabe casi todo sobre el proceso del envejecimiento, la forma en que, sigilosamente, a partir de los 25 años de edad, el metabolismo comienza a ser más lento, disminuye la secreción de las glándulas sebáceas y se produce menor cantidad de colágeno soluble, elastina y ácido hialurónico.
“Sabemos que el medio ambiente (en especial, sol, luz y polución) aceleran los fenómenos químico-físicos que se traducen en pérdida de frescura, vitalidad y elasticidad, disminución en la capacidad de retener agua, irritabilidad, marcas de expresión y, finalmente, arrugas”.
Fuente: L`Erbolaria.
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