Bienvenidos a este blog donde se exponen los avances en materia de prevención de la salud, con énfasis en tratamientos naturales, aunque a veces, se abordarán también algunos aspectos de la medicina alópata.
martes, enero 30, 2007
Terapias alternativas: Efectos benéficos del ejercicio físico (Dra. Margarita Madrid Guillen)
El sedentarismo es perjudicial para la salud. Basta observar un poco a personas de nuestro entorno para darnos cuenta de ello.
El ejercicio aeróbico (nadar, pedalear bicicleta, correr, caminar o remar) genera diversas adaptaciones fisiológicas. En el sistema cardiovascular aumenta el tamaño y capacidad del corazón, reduce la frecuencia cardíaca en estado de reposo, aumenta la circulación capilar y cantidad de glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre, que hace que la persona rinda más, se canse menos y se recupere más rápido del esfuerzo. Regula el nivel de colesterol y triglicéridos, evita acumulación de grasa en arterias (ateroesclerosis) y debajo de la piel, mejora la capacidad pulmonar al aumentar la captación de oxígeno en los pulmones porque los alvéolos se distienden y tienen mayor capacidad de absorción.
La potencia muscular provoca el desarrollo de fibras que no se utilizan, lo que aumenta su volumen, tono muscular y reservas. Además, permite soportar mejor la fatiga física y cansancio, en general, al adquirir mejor control de su postura corporal.
Ayuda a regularizar las funciones digestivas y equilibra el apetito, pues poco a poco, se tiene conciencia de la necesidad alimentaria y se despierta el interés por mejorar los hábitos alimenticios. El corazón obtiene grandes beneficios pues algunos factores que intervienen en el infarto se relacionan con hábitos erróneos como consumo abundante de grasa, fumar y falta de ejercicio. La actividad física evita trastornos, especialmente extendidos en países occidentales, como obesidad, exceso de colesterol, triglicéridos en la sangre, osteoporosis, diabetes, hipertensión y males cardiovasculares.
En conclusión, el ejercicio físico, aunque no altera la posibilidad de sufrir un infarto por causas hereditarias o ajenas a los buenos hábitos de salud, reduce las posibilidades de sufrir una cardiopatía. Es necesario practicarlo, por lo menos, 30 minutos al día. Basta caminar con paso firme y sin detenerse.
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